El síndrome de la hoja en blanco es un hecho habitual en cualquier doctorando. Alcanzar un hito académico tan importante como es la experiencia en un campo concreto pone sobre nosotros una carga de trabajo que, si no sabemos organizarla, puede llegar a ser un auténtico reto.

Por tanto, elaborar una tesis doctoral es un paso muy importante no solo en la carrera profesional, sino también en la personal. El hecho de disponer de un tiempo concreto para llevar a cabo la investigación —generalmente entre 3 y 4 años— requiere una organización efectiva para poder alcanzar con éxito el deseado título. A menudo nos encontramos con que no sabemos cómo pautar ese tiempo, además de tener que convivir con otros aspectos como la redacción de artículos, la docencia o la participación en congresos.

Todo ello nos puede llevar a una situación de caos. Por esta razón te doy 5 consejos para abordar con éxito la organización y la redacción de una tesis doctoral.

Crea un plan de trabajo a largo plazo

Tres o cuatro años pasan muy rápido si no tenemos un calendario. Cuando empezamos una tesis debemos tener presentes aspectos tan importantes como las horas diarias que le dedicaremos, las fuentes de la investigación o si realizaremos docencia. En este sentido, tener un calendario a largo plazo nos ayuda a establecer por meses las prioridades y grandes hitos.

Por ejemplo, si queremos hacer una estancia de investigación en otra universidad o institución, es necesario fijar los plazos de la duración. Esto incluye prever los contactos previos y la gestión de la documentación que nos pedirán (cartas de presentación, redacción del proyecto, etc.) y, si tenemos que pedir alguna beca, qué plazos necesitamos. Por otra parte, si queremos asistir a algún congreso, también debemos tener en cuenta el tiempo que necesitaremos para preparar la aportación: póster, comunicación, sesión en un workshop

Es importante tener presente este calendario y, al mismo tiempo, disponer de cierta flexibilidad para poder hacer cambios y adaptar los contenidos. No podemos prever si nos surgirá alguna entrega de un artículo o la colaboración con otros investigadores. Por ello es importante poder modificarlo según avance la investigación.

Divide la tesis doctoral en fases

¿Necesitas una información o documentación concreta que solo se encuentra en una biblioteca?

¿Antes de empezar debes hacer encuestas o trabajos prácticos?

¿Tu investigación se lleva a cabo en un laboratorio o es mayoritariamente práctica?

Según nuestra disciplina, los tempos y la estrategia no serán los mismos. Sin embargo, hay un conjunto de elementos comunes en todas las tesis doctorales, ya sean del ámbito cientificotécnico o del ámbito de las humanidades.

En primer lugar, se debe establecer un esquema de trabajo, que puede variar en función de los resultados y de la información obtenida, pero que debe ser la base de la tesis. En este esquema debe constar lo siguiente:

  • Objetivos del trabajo
  • Metodología
  • Fuentes de información
  • Conclusiones
  • Bibliografía
  • Anexos

El cuerpo del trabajo es la parte que variará más a lo largo de la tesis. Para poder gestionar bien cada uno de los apartados, hay que valorar siempre la información y los datos disponibles. A menudo queremos tratar un tema, pero, una vez realizada la investigación, nos damos cuenta de que los resultados o las fuentes de información obtenidos son insuficientes. Esto no debe hacernos decaer. Al contrario, es una oportunidad para plantear nuevas hipótesis y reorientar algún aspecto de la investigación que, de no ser así, no nos habríamos planteado.

Establece unos horarios de trabajo y de descanso

En un trabajo como este, es imprescindible tener un control de los horarios. En un periodo tan largo es inevitable que surjan obstáculos, como la dificultad del acceso a la información o la espera de los resultados. En estos casos, es necesario que seamos pragmáticos y que nos adaptemos a la situación, y por esta razón, detectar cuándo tenemos que hacer una pausa para tomar impulso.

El ritmo de trabajo no es el mismo al principio de la tesis, cuando todavía nos estamos iniciando en un mundo desconocido, que los últimos meses, cuando estamos inmersos en la redacción final y la cuenta atrás de la entrega nos apremia. La flexibilidad puede ir de nuestra mano, y establecer horarios para cada cosa optimizará el tiempo de trabajo: horas para la investigación, redacción, lectura de artículos, contacto con otros investigadores… Hay tiempo para todo si nos organizamos de manera eficiente.

Disponer de tiempo libre es a la vez inherente a la investigación. No por dedicar más horas a la tesis serán de mayor calidad. De hecho, puede pasar justo lo contrario. A menudo hay que hacer una pausa para adquirir perspectiva si nos atascamos en algún aspecto. También es necesario establecer las horas de trabajo diarias y sus pausas correspondientes. Si te cuesta parar, en internet encontrarás gestores de tiempo que te indican cuándo hacer una pausa, como Pomodoro Timer. ¡Tu vista, tu cerebro y tu cuerpo lo agradecerán!

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La importancia del espacio de trabajo para redactar la tesis doctoral

En muchos casos dispondremos de un despacho —compartido o individual— para poder trabajar. Este espacio debe estar perfectamente ordenado y limpio, ya que nos ayudará a la hora de concentrarnos.

La organización del espacio es importante porque nos permite trabajar con calma y aumentar nuestra productividad. Tener una buena iluminación, una silla cómoda y el espacio suficiente para trabajar son imprescindibles para evitar lesiones musculares y dificultades de visión. Pasaremos muchas horas delante de la pantalla del ordenador y tener unas condiciones óptimas de trabajo evitará lesiones a largo plazo.

Te recomiendo, además, no tener demasiados libros, papeles o carpetas sobre la mesa. Tener la documentación imprescindible para trabajar evita distracciones y ayuda a tener higiene mental. Por otra parte, añadir alguna pequeña planta junto al ordenador nos dará un toque de tranquilidad y relajación.

Guarda un tiempo para poder corregir y traducir la tesis doctoral

Que el buen trabajo realizado durante el transcurso de la tesis no quede oscurecido por una tesis con faltas de ortografía o tipográficas. Es importante planificar en este calendario a largo plazo un tiempo prudencial para dejar reposar la tesis (unas dos semanas sin leerla es ideal) y volverla a corregir con perspectiva.

En este sentido, una corrección externa es una opción muy adecuada, ya que una persona totalmente ajena al texto podrá ver errores que nosotros mismos no podemos y darnos una visión imparcial que será muy positiva de cara al resultado final.

También hay que disponer de un tiempo para traducir, en su caso, una parte del texto, generalmente el abstract o las conclusiones. En muchos casos se utiliza un lenguaje técnico específico, que requiere un grado elevado de conocimiento. Por ello, podemos optar por traducir nosotros mismos el texto y que un profesional de la traducción nos lo revise, o bien optar por una traducción externa por parte de un traductor especializado en este ámbito. En las dos opciones nos aseguramos de que el texto no contenga errores y que muestre la profesionalidad con la que el doctorando ha realizado la tesis.

El camino de una tesis puede llegar a ser muy enriquecedor y apasionante; es un trayecto que nos hará crecer personal y profesionalmente. La clave radica en la organización y en disfrutar de estudiar un tema que nos apasiona.

Si estás redactando la tesis, comparte en los comentarios qué trucos te funcionan mejor para no desviarte de tu objetivo.

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Patricia Terrado Ortuño (Tarragona, 1987) es Licenciada en Historia por la Universidad Rovira i Virgili, Máster en Arqueología Clásica (Universidad Rovira i Virgili, Universidad Autónoma de Barcelona e Instituto Catalán de Arqueología Clásica) y Doctora en Arqueología Clásica por la Universidad Rovira i Virgili, con Premio Extraordinario de Doctorado.

Ha realizado su investigación doctoral sobre el puerto romano de Tarraco, publicada por el Servicio de Publicaciones del Puerto de Tarragona con el título El puerto de Tarraco en época romana. Fuentes, historiografía y arqueología (2019).

Ha realizado una estancia de investigación en la Universidad de Roma – La Sapienza (2015) y participado en numerosos congresos nacionales e internacionales, especialmente en Alemania e Italia. Autora de numerosos artículos, también ha publicado la monografía titulada Officia portuensia. Vida i treball al port a través de l’epigrafia i les fonts textuals: una aproximació a Tarraco (Port de Tarragona, 2016), obra que fue finalista en el Premio de investigación del puerto de Tarragona.

Actualmente es investigadora adscrita del ICAC y trabaja como Técnica Auxiliar de Archivo en el Ayuntamiento de Altafulla. Los principales temas de su investigación son la arqueología portuaria, las fuentes clásicas y la epigrafía, la topografía y el urbanismo de la ciudad antigua, así como la historiografía y la cartografía histórica.