En primer lugar, ¿dónde se sitúa la traducción de canciones dentro de la traducción?

Desde mi punto de vista, si tuviese que meterla dentro de alguna disciplina, la metería dentro de la transcreación o del abanico de traducciones creativas.

Por un lado, es una traducción subordinada, como puede ser la audiovisual, pero en lugar de estar subordinada a la imagen —no hablo aquí de traducción de canciones para la gran pantalla, sino de canciones en general, para nuestros oídos—, está subordinada a la música.

La música manda. Y yo diría que lo segundo que manda —y esto es simplemente opinión mía— es la emoción que genera la canción. ¿Es una canción nostálgica, alegre, protesta, humorística?

Todo eso hay que plasmarlo también en nuestra traducción cantable. Esa es la manera de que el público de la lengua destino pueda disfrutar de la canción igual que lo hace el público de la lengua origen.

Y para ello hace falta creatividad, captar el mensaje o la emoción y luego ser capaz de plasmarlo en la letra traducida, por eso digo que encuadraría este tipo de traducción en la transcreación. No se trata simplemente de traducir con calidad y de manera acertada.

¿Pero qué significa «cantable»? Aunque ya de por sí está bastante claro, cuando hablamos de traducción cantable hablamos de una traducción que va a ser interpretada después por un cantante de la lengua destino, y tiene que estar adaptada para tal fin —ahora veremos cómo. Es decir, no es una traducción semántica de la letra, como a lo mejor se podía encontrar hace años en los libretos de los CD.

 

📌 ¿Cómo se hace?

Hoy día, el método más difundido y aceptado para abordar una traducción cantable es el Pentatlón, de Peter Low.

Se llama Pentatlón, como las pruebas de atletismo, porque nuestra traducción tiene que pasar por cinco pruebas: significado, naturalidad, cantabilidad, ritmo y rima.

Y ya anticipo, es prácticamente imposible que saque un 10 en todas, ya que aquí de lo que se trata es de buscar un equilibrio entre estas cinco dimensiones de la canción.

Tenemos que dejar el lado purista a un lado y tener claro que a veces tendremos que sacrificar ese adjetivo, o esa palabra que queda tan bien semánticamente, en pro de la melodía de la canción o de la entonación del cantante.

Por esta razón, la traducción —cantable— de canciones suele ser bastante desagradecida, y está muy abierta a las críticas. Es más, aquí hablamos de que podemos recibir críticas tanto desde el mundo de la traducción como del mundo de la música.

Así que, tenedlo claro, la traducción de canciones —además de ser el mayor desafío, para mi gusto, dentro de la traducción— es el ámbito donde nuestra traducción está más abierta a la crítica.

Pero bueno, paso a hablar de cómo abordar cada una de estas dimensiones.

 

traducción de canciones

 

📌 Los cinco elementos del Pentathlón

Como he dicho más arriba, estas cinco dimensiones son: semántica o significado, naturalidad, cantabilidad, ritmo y rima.

Para que se entienda mejor a qué decisiones de traducción nos enfrentamos en cada una de ellas, voy a coger como ejemplo el estribillo de una traducción que todos hemos oído, independientemente de nuestros gustos musicales: Hotel California, de los Eagles.

 

Parte semántica

Antes de traducir, lo primero que tenemos que hacer es impregnarnos de la historia tras la canción. Es decir, documentarnos, desenredar rumores, hacer una labor de investigación para llegar a lo que el cantante o compositor quiso decir con la letra, y no caer en lo que la gente dice que es.

En el caso de Hotel California, las primeras interpretaciones que se descubren son la de que va sobre la drogodependencia y la de que hace referencia a una secta satánica. Y ninguna de las dos es cierta.

En palabras del propio Don Henley —uno de los compositores del grupo—: es un viaje de la inocencia a la experiencia. Luego, Don Felder —otro miembro del grupo— dijo que querían plasmar la relación entre los músicos y las discográficas en los años 70.

Como no quiero hacer este artículo más largo, si te interesa seguir profundizando en su interpretación, aquí tienes un enlace a mi blog donde lo explico.

Ese es nuestro trabajo, descubrir cuál es la interpretación real de la canción para traducirla acorde a eso, no a lo que dicen los fans o los rumores.

Primero se lee, luego se interpreta —y se contrasta nuestra interpretación con fuentes fiables— y, en último lugar, se traduce.

 

La naturalidad

La segunda dimensión lingüística de la traducción de canciones. Hace referencia al registro o tono de la canción o el grupo. No será lo mismo una canción de The Clash, con un lenguaje más coloquial al ser más punks, que una de Bob Dylan, que suele tener letras más literarias.

En el caso de Hotel California, la letra cuenta con varias referencias a elementos relacionados con la vida de lujo en Los Ángeles. Elementos que habría que decidir si tienen la misma carga de «lujo» en nuestro idioma, y si no es así, buscar un equivalente.

Un ejemplo:

Mirrors on the ceiling,
The pink champagne on ice

En la letra original, un champán con una etiqueta rosa evoca un champán caro, ¿pero nos lo evoca a nosotros en español? ¿o quizá nosotros relacionamos el champán caro con una nacionalidad, en lugar de un color? ¿Quizá deberíamos decir «champán francés»? Así la letra traducida generará las mismas sensaciones en español que en inglés: algo muy caro, lujo, que no todos se pueden permitir.

En cambio, si decimos «champán rosa» se pierde esta sensación en español.

 

traductor especializado en canciones de rock

 

La cantabilidad

Estamos ya en el umbral entre la dimensión lingüística y la dimensión musical de la canción. Esta parte es la que hace que nuestra traducción deje de ser una mera traducción semántica para pasar a ser algo que se pueda cantar sin que la persona encargada de ello sea víctima de un esguince bucal, o vaya más ahogada al final de la canción que al terminar una clase de spinning.

La cantabilidad tiene que ver con el aspecto prosódico del lenguaje. Es decir, la entonación que le da el cantante, el número de vocales y consonantes, las sílabas al final de los versos de la canción…

También se cuenta, por supuesto, el número de sílabas, para intentar que nuestra traducción tenga el mismo —aunque existen métodos de compensación para cuando se nos pasa un poco o nos queda corto.

Se ve mejor con un ejemplo: una parte del estribillo de Hotel California:

Welcome to the Hotel California
Such a lovely place (Such a lovely place)
Such a lovely face

 

Traducción semántica (hecha al mismo tiempo que escribo este artículo):

Bienvenidos al Hotel California

Qué lugar tan encantador

Qué decoración tan bonita

 

Traducción aplicándole la cantabilidad:

Únete al Hotel California

Es lo que queréis (es lo que queréis)

Es lo que hallaréis (es lo que hallaréis)

 

Si os fijáis, el número de sílabas se ha reducido considerablemente de la semántica a la «cantable». Por otro lado, los finales de verso son fonéticamente parecidos —cosa que no ocurre, ni de coña, en la traducción semántica.

Y, por último, lo de cambiar las referencias al lugar y a la decoración del hotel por reclamos para los clientes de este —con los verbos «querer» y «hallar»— es algo que se puede hacer sin miedo, y justificar después ante la crítica, conociendo la historia tras la canción. He ahí la importancia de la parte semántica, que a veces damos por sentada.

 

traducción de canciones inglés castellano

 

El ritmo

Ya entramos en la primera dimensión musical de la canción. Y aquí el traductor o traductora sí que está un poco más «vendido», ya que plasmar el ritmo es algo que saben hacer mejor bailarines, profesores de canto o los propios cantantes.

Pero bueno, impossible is nothing.

Una buena manera de enfrentarnos a esta parte es intentar seguir un instrumento en la canción, en lugar del ritmo de la letra —que sigue también el ritmo de la canción, pero al seguir el instrumento nos despegamos del ritmo silábico, porque en esta parte lo que queremos plasmar es la melodía del original.

 

La rima

La rima, según Peter Low —el creador del Pentathlón—, es el aspecto que menos importa a la hora de conseguir una traducción cantable, aunque a primera vista parezca que es el que más.

Un buen método para enfrentarnos a esta parte es marcar —con colores, por ejemplo— las rimas en la canción original. Esto es lo que yo hice con la letra de Best of You, de Foo Fighters:

Como ya he dicho, por mucho que nos parezca rara una canción sin la rima, no es imprescindible mantenerla para que una traducción sea cantable. Pero lo que sí que nos dice Low es que debemos tomar esta decisión —la de mantener la rima— antes de empezar a traducir.

Además, si decidimos mantenerla, tampoco es obligatorio mantener todas las rimas o el mismo nivel de rima.

 

traductor profesional de musica

 

📌 Resultado final

Uniendo el trabajo de estas cinco partes, y buscando un equilibrio entre ellas si hiciese falta, esta es la traducción cantable a la que llegué con Hotel California, de los Eagles:

 

Welcome to the Hotel California

Such a lovely place (Such a lovely place)

Such a lovely face

Plenty of room at the Hotel California

Any time of year (Any time of year)

You can find it here

Únete al Hotel California

Es lo que queréis (es lo que queréis)

Es lo que hallaréis

Destino común el Hotel California

Cualquier tiempo aquí

Hecho para ti

Si queréis ver un ejemplo de cómo quedan las traducciones al ritmo de la música, en mi perfil de Instagram tenéis varios estribillos traducidos.