Al terminar de escribir un texto, hay un aspecto crucial que no podemos olvidar: la corrección. En algún momento habrás pensado que tu texto se podía mejorar, pero no sabías ni por dónde empezar.

¿Sabes que existen diferentes tipos de revisión de un texto? ¡Así es! En función de en qué nos queramos concentrar (errores ortográficos, gramaticales, si el texto suena natural…), haremos una corrección ortotipográfica, una corrección de estilo o ambas.

Si quieres saber en qué consisten y ver ejemplos de corrección de estilo, ¡sigue leyendo!

📌 ¿Qué es la corrección de estilo y en qué se diferencia de la corrección ortotipográfica?

Para que un texto sea comprensible y adecuado al público al cual está destinado, no solo es importante que no haya errores ortográficos, gramaticales o léxicos. También es fundamental que esté bien escrito, que se use un léxico variado y que no haya frases redundantes u oraciones ambiguas. La corrección de estilo vela porque un texto se entienda perfectamente. Además, con la corrección de estilo conseguimos un escrito elegante.

Antes de hacer una corrección de estilo, debemos entender qué es y en qué se diferencia de la corrección ortotipográfica. Aunque los límites pueden ser difusos, podemos definir la corrección de estilo como el proceso de revisión de un texto en el que nos centramos en la forma en que está escrito. Adicionalmente, el corrector de estilo también analiza si el texto es comprensible para el lector al que va destinado (un texto no será exactamente igual si va dirigido a un lector español que a un lector argentino, por ejemplo, o a un lector experto en la materia frente a un lector no experto).  Sin embargo, este tipo de corrección no significa que tengamos que escribir un texto completamente nuevo, sino que se trata de pulir el escrito en el que estamos trabajando. Es importante respetar la manera de escribir del autor de la obra.

¿Qué se revisa en la corrección de estilo? Podríamos decir que la corrección de estilo es más subjetiva, ya que algunas modificaciones que hace el corrector no son errores en sí, sino cambios que mejoran el texto. Estas son algunas de las correcciones más importantes que se aplican en la corrección de estilo:

  • Los errores gramaticales. El corrector de estilo elimina los errores gramaticales y ajusta el texto a la normativa.
  • El léxico. Cuando hacemos una corrección de estilo nos proponemos conseguir un texto con un léxico variado. Además, el vocabulario ha de ser preciso.
  • Las inconsistencias sintácticas. Se corrigen errores de concordancia, correlación de tiempos verbales, fallos en el uso de las preposiciones, etc.
  • La fluidez. Para mejorar la fluidez y la cohesión de un texto, el corrector de estilo tiene diferentes recursos: añadir conectores, oraciones subordinadas, eliminar pleonasmos (el exceso o la redundancia de palabras), etc.
  • Si el texto se tiene que regir por un libro de estilo concreto, el corrector de estilo ajusta el escrito a sus pautas.
  • El corrector de estilo consigue que el texto suene natural y que sea comprensible para el público al cual está destinado (aquí, debe tener en cuenta las variedades geográficas y sociales de la lengua).

¿Qué se revisa en la corrección ortotipográfica?

En la corrección ortotipográfica, en cambio, el corrector se centra en aspectos objetivos de la lengua. Estos son los tipos de errores que se corrigen cuando hablamos de ortotipografía:

  • Posibles errores ortográficos y de puntuación.
  • Se garantiza que la ortografía se ajuste a las normas de la RAE. Aquí se incluyen aspectos como el uso de mayúsculas, tildes, abreviaturas, escritura de símbolos, magnitudes, cifras…
  • Se analiza si los recursos tipográficos (cursiva, negrita o versalitas, por ejemplo) se utilizan correctamente a lo largo del documento. Si es necesario, el corrector ortotipográfico enmendará estos aspectos.
  • Se unifican criterios en estos aspectos más convencionales que acabamos de mencionar, es decir, no sujetos a la normativa. Algunos ejemplos pueden ser el uso de comillas, la negrita o la cursiva.
  • La corrección ortotipográfica también se puede llevar a cabo sobre un texto ya maquetado para versión impresa (lo que se conoce como compaginadas). En este caso, el corrector se fijará en si hay sílabas que se repiten en líneas consecutivas, palabras mal partidas, líneas viudas (la última línea de un párrafo, que queda aislada al principio de la página siguiente) o huérfanas (la primera línea de un párrafo, que aparece al final de una página).

📌 ¿Por qué la corrección de estilo debe hacerla un profesional?

Después de lo que has leído hasta aquí, seguramente tienes claro que la corrección de estilo es importante si queremos conseguir un texto elegante y fácil de comprender. Sin embargo, se te habrá ocurrido que hoy en día existen muchos recursos automáticos que corrigen textos. Entonces, ¿por qué tiene que ser una persona la que haga la corrección de estilo de un texto?

La respuesta es sencilla: las máquinas (por lo menos, de momento) no pueden sustituir a los humanos. Es cierto que recursos como el corrector automático de Word o programas para corregir estilo online (como LanguageTool) ayudan a identificar algunos errores (por ejemplo, errores ortográficos o errores de tecleo, e incluso algunos de estilo). Pero aún hace falta que un profesional de la corrección analice el texto para asegurarse de que no se te haya pasado nada por alto.

¿Por qué? Porque los recursos automáticos para revisar la gramática y el estilo de un texto tienen limitaciones. Por ejemplo, a veces el verificador ortográfico del procesador de textos puede marcar como incorrectas palabras correctas y viceversa. También hay que estar atento a qué hace con las palabras compuestas o prefijadas, tecnicismos y extranjerismos, nombres propios…

Por lo tanto, es imprescindible que un profesional de la corrección de estilo eche un vistazo al texto antes de que se publique. Así, estamos 100 % seguros de que todo está perfecto.

📌 Ejemplos de corrección de estilo

Veamos la corrección de estilo en acción. A continuación leerás algunos ejemplos para que veas de una manera muy sencilla que la corrección de estilo puede mejorar mucho un texto.

1. Orden de los elementos de la frase

Nuestro primer ejemplo es muy sencillo. Imaginemos que leemos un texto y encontramos esta frase:

Hoy cumple mi sobrina 11 años.

A primera vista, parece que no hay nada extraño, ¿verdad? Efectivamente: la frase es correcta, no hay ningún error que nos llame especialmente la atención. Sin embargo, el orden de los elementos de la frase se puede mejorar. De este modo, con el orden natural de sujeto-verbo, sonará más natural:

Hoy mi sobrina cumple 11 años.

¿Ahora suena mejor, no crees?

2. Frases redundantes

Analicemos el siguiente ejemplo. En él verás un par de frases que podríamos considerar redundantes, es decir, que presentan información que no aporta nada nuevo.

Ser propietario de una segunda vivienda tiene un coste fiscal. En concreto, conviene destacar que hay una gran diferencia entre mantener vacía esta vivienda y el alquiler sostenido.

Esta regulación, encaminada y dirigida a estimular el alquiler de inmuebles gravando los que se mantienen desocupados, genera un perjuicio a los arrendadores.

Retocándolas una poco, se podrían mejorar así:

Ser propietario de una segunda vivienda tiene un coste fiscal. En concreto, hay una gran diferencia entre mantener vacía esta vivienda y tenerla alquilada.

Esta regulación, encaminada a estimular el alquiler de inmuebles gravando los que se mantienen desocupados, genera un perjuicio a los arrendadores.

3. Oraciones confusas o ambiguas

La ambigüedad en una oración se puede dar por diferentes causas. Hay ambigüedades por polisemia (es decir, alguna palabra de la oración tiene más de un significado), ambigüedades originadas por errores gramaticales y ambigüedades sintácticas.

En este caso, te presento un ejemplo de ambigüedad causada por un error gramatical (también llamada anfibología).

Cuando apoyamos el cuadro sobre la mesa, se rompió.

¿A qué se refiere «se rompió»? Puede ser tanto al cuadro como a la mesa. Ahora compara la oración con la siguiente propuesta de corrección:

Cuando apoyamos el cuadro sobre la mesa, el mueble se rompió.

¡Ya está! Especificando que fue el mueble lo que se rompió, deshacemos la ambigüedad.

4. Falta de conectores

El resultado de no incluir conectores en un texto es que el escrito final no esté cohesionado. En otras palabras, que no se pueda interpretar el texto como un todo, sino como una serie de oraciones que no tienen ninguna relación entre ellas. Por ejemplo:

Un corrector de estilo tiene un trabajo muy interesante. Se encarga de corregir los errores gramaticales de un texto. Procura que sea comprensible y que tenga un léxico variado.

Y ahora leamos el fragmento usando un conector:

Un corrector de estilo tiene un trabajo muy interesante. Se encarga de corregir los errores gramaticales de un texto. Además, procura que sea comprensible y que tenga un léxico variado. 

5. Textos repetitivos o poco claros

Otro de los aspectos que un corrector de estilo puede mejorar es la variedad léxica de un texto. A veces, los redactores usan las mismas expresiones o palabras en un párrafo. El resultado: un escrito repetitivo y que puede llegar a dificultar la comprensión.

El ejemplo que analizaremos es un fragmento periodístico:

Hacer fuego en el bosque está prohibido. Desde hoy y hasta el día 15 de octubre no se puede hacer fuego en el bosque. Como cada año, se aplica esta medida para minimizar el riesgo de incendios forestales a causa de haber hecho fuego voluntariamente o involuntariamente. De todos modos, hay casos excepcionales en los cuales se puede pedir permiso para hacer fuego.

La expresión hacer fuego se repite hasta cuatro veces en unas pocas líneas. Utilizando diferentes recursos (como sinónimos) podemos hacer que el texto sea más ágil y la variedad léxica, mayor. Este es el resultado:

Hacer fuego en el bosque está prohibido. Desde hoy y hasta el día 15 de octubre, no se puede encender fuego en terreno forestal. Como cada año, se aplica esta medida para minimizar el riesgo de incendios forestales provocados voluntaria o involuntariamente. De todos modos, hay casos excepcionales en los cuales se puede pedir permiso para prender fuego.

¿Qué te ha parecido este artículo sobre la corrección de estilo? ¿Qué has aprendido? ¿Lo tendrás en cuenta cuando escribas un texto?

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